Género. Ciencia ficción (por mucho
que pudiera parecer Fantasía al principio).
Lo que nos cuenta. En el libro Los tejedores de cabellos (publicación original: Die Haarteppichknüpfer, 1995) descubrimos que cada uno de los miembros del gremio de los tejedores de cabellos hacen, a lo largo de toda su vida y con los cabellos de sus esposas e hijas, una alfombra que venderán por un importe que permita vivir a su familia mientras su hijo
comienza su propia alfombra que, como todas las demás, terminará en el palacio
del emperador. Pero las tradiciones muestran grietas e, incluso, hay quien dice
que el emperador ha muerto. Novela basada en un relato del autor, del mismo
nombre, escrito diez años antes.
Mi opinión. Novela que parece un Fix-Up pero no lo es
en absoluto ya que está muy bien pensada, solapando historias con mucho cuidado
y bastante habilidad técnica, de ritmo suave pero imparable, que ofrece una
visión crítica (simbólica y directa, ambas) de muchas cosas importantes, que puede
ser sensible y duro a la vez y sin que se descompense ni el tono ni la técnica,
que construye una obra de alcance galáctico pero razones humanas ladrillo a
ladrillo (léase “relato a relato”), muy agradable de leer y de esos libros que no se
olvidan.
Destacado. Que la propia trama está entretejida.
Potenciales Evocados. Mezcla de
situaciones de Kalpa Imperial, pero más humanas (si cabe) y menos densas que
además llevan a otro lugar, con eventos que tendrían espacio propio en Fundación pero narrados con mucha más sensibilidad; intencionalidades de Borges disfrazadas, a mi parecer, junto a senderos Le Guin pero menos etéreos; ecos conceptuales de La muralla china de Kafka o de Los siete mensajeros de Buzzati; algún capítulo tiene cosas que podrían ser de Sterling y otros de Sanderson, en serio.